La Villa de Calatañazor ofrece al visitante su trazado medieval milagrosamente conservado a través de los siglos y el admirable ejemplo de su arquitectura autóctona, con sus edificios construídos en piedra, adobe y madera de enebro, rematados por las airosas chimeneas pinariegas.
La despoblación que afectó a toda la provincia soriana a lo largo del siglo XX también alcanzó a Calatañazor, con sus ruinosas consecuencias, pero en los últimos años, gracias al apoyo institucional y a la iniciativa privada, la Villa ha iniciado un proceso de reconstrucción con total fidelidad a su pasado arquitectónico. En 1962 fue declarada Conjunto Histórico Artístico.
Imprescindibles:
Las Murallas, el Castillo, el Rollo o picota, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Castillo, la Ermita de la Soledad, la Ermita de San Juan Bautista, la Necrópolis Medieval y el Museo etnográfico.
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